Preguntas y Respuestas sobre Varices

La prevención absoluta de las várices es imposible recordando nuevamente las causas que las originan, pero se pueden prevenir evitando el sobrepeso, corrigendo los factores hormonales, evitando los anticonceptivos, realizando actividad física en forma regular, empleando medias elásticas y si se tratan las várices en sus comienzos podemos predecir que hemos alejado significativamente la posibilidad de padecer una severa enfermedad varicosa desde el punto de vista médico y estético.

Tradicionalmente los pacientes diagnosticados con varices se sometían a una cirugía de extracción venosa. Actualmente pueden ser tratados con el procedimiento Closure, un tratamiento mínimamente agresivo, que elimina el dolor y los hematomas asociados con la cirugía de extracción. Aliviando inmediatamente los problemas de pesadez y cansancio de piernas. Las ventajas completas del procedimiento pueden tardar en observarse en una o dos semanas, siguiendo las recomendaciones del médico.

El reflujo venoso superficial es una condición que se desarrolla cuando las válvulas que normalmente hacen que el flujo de sangre salga de las piernas, se dañan o enferman. Esta condición ocasiona que la sangre se acumule en las piernas. Los pacientes padecen venas varicosas deben ser referidos a que los evalúe un cirujano vascular. Sin embargo tomemos en cuenta los problemas de obesidad, el embarazo, los antecedentes varicosos en la familia, las actividades laborales que impliquen largos periodos de pie o sentado, la vida sedentaria, el tabaquismo, la ropa apretada como fajas o ligas que entorpecen el retorno venoso.

En materia de varices es mejor prevenir que curar. Un estilo de vida sano suele retrasar su aparición. Los tratamientos clásicos reposan en: Los medicamentos llamados venotónicos o flebotónicos, que permiten aumentar la resistencia de las venas y mejorar la circulación sanguínea. La cirugía como extracción venosa o el procedimiento Closure.

En ocasiones las várices pueden no presentar síntomas. Pero en el mayor de los casos ocasionan pesadez, calambres, dolor de piernas, cuando uno las siente cansadas o débiles, especialmente después de estar sentado o de pie por un largo tiempo, sensación de ardor o comezón en la piel, hinchazón en las piernas o tobillos, cambios en el color y textura de la piel de estas extremidades, hormigueos, piernas calientes, inflamaciones o bien casos más graves y estéticos que ya presentan lesiones abiertas que identificamos como úlceras en la piel.